sábado, 19 de diciembre de 2009

Beatrice

---------------Katherine escupió lo que quedaba de la poción, sintiéndose como una tonta. Si ya le había parecido raro el color, la textura…pero se había dejado engañar por esa mema ¡qué ingenua había sido!




Le arrojó el vaso a la cara.


-Eres una idiota, ¿lo sabías? La mayor idiota que he conocido en mi vida.


-No te quejes tanto, esa poción sólo hace efecto si la persona en cuestión es mago o bruja.-dijo Bellatrix con una sonrisa de victoria. –Mañana-añadió, cogiendo su cara con ambas manos-sabremos quien eres. Dicho esto salió de la habitación riéndose con su típica risa de maníaca.


-Menudo lío, amiga…


-Dímelo a mí.


-¿Por qué crees que estará tan interesada en tu pasado?


-Siempre sospechó de mí. Sospecha sobre nuestro secreto…


-Mañana lo sabremos.

-Supongo que sí…Tendré que esconderme…


La noche llegó y todo estaba en calma cuando comenzó la regresión…


Al alba una mujer se levantó y bajó silenciosamente, como lo haría una gata, por las escaleras del ático. Se dirigió al baño para su aseo matutino. Pero, se dio cuenta de que el suelo estaba más lejos, se tocó el pelo, la cara, y corrió hacia el espejo. El espejo le devolvía la imagen de una mujer joven en la flor de la vida. Su pelo liso negro-lila caía suelto, libre y hermoso, hasta la cintura. Su piel india musulmana brillaba a la luz del sol matinal, sus ojos era azules como el lapislázuli, sus facciones tan finas como las de una gata. Su cuerpo era grácil y bonito, grácil como el de una princesa. Llevaba el colgante esmeralda y el camisón se le había quedado misteriosamente pequeño, y cuando se miró el cuello y el hombro…levaba la marca de la muerte. Se miró al espejo y no se reconoció. Cuando reconoció a la persona cuyo cuerpo ocupaba ahogó con dificultad un grito de sorpresa y pavor.

“¿Qué ha pasado aquí?”


Entonces sintió una breve intermitencia. Una luz que se enciende y se apaga, algo que le hizo olvidar el presente. Sólo recordaba el pasado.


-¿Dónde estoy?


-¿Y tú quién eres?-pregunta Nerea, que acaba de entrar y la mira con sorpresa. Pero luego gritó-¡Tía Beatrice!


-¡Silencio Nerea!


-¿Tía?


-No le digas a nadie que he estado aquí, ¿de acuerdo?


Nerea quiso contestar pero antes de que le diera tiempo a decir nada Beatrice se desapareció.


Aquel día llegará


No es la hora

Aunque todos pensemos


Que debemos empezar


Desafiando a la muerte


Más allá d aquel sueño,


De aquella utopía e imposible Arcadia


La Elegida regresará


Se dará la vuelta

Y mirará lo que hizo


El bien y el mal que sólo ella causó


Y que sólo ella puede


Desmentir


La hora llegará muy pronto


Y aquellos que deseaban

su sangre desearán su amor
 y con su amor llegará su perdición
 
 
   Nerea se estaba preguntando qué demonios pasaba. Se supone que estaba muerta, no sabía que dmeonios hacía allí. Entonces...
¡Zas!
 ¡Tía Beatrice!
-Esto...¿Qué me pongo? ¡De esta facha no puedo salir!
-No, si ya lo veo...
-¡Ya sé!
 Beatrice alzó su varita, conjuró y enseguida se vio vestida con un magnífico abrigo muy apropiadopara salir. Y de Channel ni más ni menos... Entonces se teletransportó fuera de la casa...
"Tengo que avisar a Katherine de inmediato. Seguro que esto le va a interesar"
 A paso rápido rubió al ático para despertar a su amiga. Pero vio que no había nadie en la cama de su mejor amiga. La buscó pero no aparecía por ninguna parte.
 Sorprendídísima y horrorozads, por el pavor y el paso del tiempo, cogió de su mesita una hojita, escribió una nota y la firmó con el nombre de su amiga.
 Luego bajó las escaleras y tropezó con Bellatrix, que acababa de bajar.
-¡Pero chiquilla!¿Adónde vas tan deprisa?
-¿Yo? A ningún lado. Es que tengo mucha...sed.
 -¿Y para eso tienes que pegar ese carrerón?
-Pues mira, ¡sí!.
 Corrió hacia la cocina pero Bella la agarró..
-No me creo nada.mona. Aquí pasa alogo y tú me lo vas a decir ahora.
-¡Que no!
-¡Qué si!
-¿Pero por qué armáis tanto alboroto?-pregunta Anne, que bajaba las escaleras bostezdo.
-¡Nada!-Bellatrix soltó a Nerea, que salió pitando haci ala cocina.
-Oye, ¿Katherine se ha levantado ya?
-Según Nerea, no.
-Pues hace un  momento he escuchado algo.
-¿El qué?
-Pues...
 Joanna bajó las escaleras a toda pastilla para ir a preparar el desayuno, pues iba bastante tarde.
-Oye Joanna,¿Sabes dónde está Katherine?
-Se ha levantado ya. Supongo que habrá salido a dar un paseo a estas horas, es muy propio de ella.
 Bellatrix marchó con Joanna a la cocina para ayudarla con el desayuno cuando al pie de la cocina vio un frasco  familiar en el suelo. Y los restos de su contenido esparcidos por el suelo como la lava de un volcán.
 Recogió el frasco.
Y enseguida lo supo todo....
-Vaya....-murmuró recogiendo el frasco.
 Sonrió con exquisita malicia y se lo guardó.  Esperemos, esperamos un poco, piensa ella. Y sucedió justo lo que ella esperaba. Se oyeron tres gritos en  el piso de arriba.
 Tres gritos de puro espanto.
 Joanna se giró asustada. Anne y Nerea subieron corriendo las escaleras y Timmy empezó a ladrar.
-¿Pero qué os pasa?pregunta Anne.
-¿Qué hago aquí?-pregunta Julian, mirándome como...¡si se viera por primera vez!
-Lo mismo digo-continúa Dick, mirándose y echándole una rápida mirada furibunda a su hermano.
-¿Cómo hemos ido a parar aquí?-éste era Carbón.
-¿Pero qué os pasa?¡Estamos en Kirrin, en casa de George!-repondió Anne, algo preocupada.
-Pero chicos, ¿dónde os habéis dejado la memoria, en el sueño o en el internado?
-No sé...¡Sólo sé que no sé nada!-carbón se llevó las manos a la cabeza.
-Creo que yo sí sé lo que os ha pasado.-dijo Bellatrix, que acababa de subir.
 Todos la miraron.
-Pues más vale que nos lo digas, o si no...Julian buscó algo, y al no encontrarlo se sintió...desesperad-¿No seremos...?
-¡Calla, calla! Vosotros tres venid, conmigo, luego hablaremos con los demás.
 Se encerró con los tres muchachos en el despacho del señor Kirrin, dónde nadie podía oírles y allí les explicó que...se habían reencarnado y habían perdido durante un...par de semanas la memoria de sus vidas actuales.
-¿Reencarnado?¿Entonces...estoy muerto?
-Creo, Lance, que es más que evidente. Acabo de recordar que yo mismo te maté.
-Es verdad..pero creo que mi maldición también te alcanzó...
-Bueno, lo que importa es que estamos muertos los tres- dijo Carbón, alarmado ante las miradas de odio que se echaban Julian y DIck, recordando una antigua rivalidad...
-Bueno, lo mejor será que recordemos algo de vuestras vidas. Contadme quién érais.
-Mi nombre era Lance Cussler, y nací en 1900. La fecha de mi muerte fue el 10  de marzo de 1930, y fue porque...me mató él-dijo Julian para empezar, señalando a Dick.
 Bella carraspeó. Por algo eran ahora hermanos.
 Después siguió Dick.
-Yo nací en el mismo año que Cussler, y morí el  mismo día, porque me mató él, antes, pero estaba envenenado así que murió él.-ahora sonrió con amarga satisfacción.
-Yo era David Federman, y morí más o menos elmismo año. Pero yo... yo....me maté.-dijo Carbón para acabar.
-¿Esp es todo?¿No tenéis intención de contarnos nada más?
-¿Qué le vcamos a contar? El tiempo corre y se supone que ya estamos muertos.
-¡Oh, pero tenéis tiempo!
 Entonces estuvieron un buen rato de su vida anterior, hasta la adolescencia, una época clave. Época en la que cada uno conoció al amor de su vida.
 Lo curioso, y lo malo sobre todo es que esas personas eran la misma chica, una jovencita llamada
Beatrice.
 Y contaron una cosa bastante curiosa.
 Todo comenzó en un curioso día de octubre.
 Por aquellos días se celebraba el Torneo de los Tres Magos en Hogwarts.
 A punto estaba de comenzar oficialmente, los alumnos de Beaxbutons y Dumstrang tenían que llegar y además se tenía que decidir quienes serían os campeones.
Era el día de llegada de esos alumnos, de los extranjeros. Julian era estudiante de Hogwarts y estaba sentado en la mesa de Griffindor, esperando paientemente con sus compañeros. Dick y Carbón eran de Dumstrang. La gente de Dumstrang(todos eran chicos) entró con un maravilloso espectáculo inicial de fuegos mágicos y una música ambiental, y pasos de soldado que fue calurosamente aplaudida.
 Pero lo mejor fue cuando entraron las alumnas de Beauxbatons(todas eran chicas) Vestidas con un sencillo vestido azul y sombrerito de marinero. Entraron bailando y cantando,en una espectacular coreografía que hizo las delicias de los presentes, (para muchos por la vista de algunas veelas que iban en el grupo)
 Las palomas surcaban el cielo aparentemente sin techo y trayendo con ellas el aura mágica de Francia.


 La actuación finalizó con una candorosa reverancia a los comensales.
 Y liderando a todas aquellas jóvenes estaba Beatrice, que era la más hermosa de todas ellas. No era ninguna veela pero lo era. Aún así no era nada vanidosa.
¡Pero era una auténtica rompecorazones!
 Bastante más que Zinaida Hippius.
 La joven miraba a la gente con candor, con una mirada mágica y divertida, con sus ojos azules abiertos de par en par.
 Cuando la vieron así, por primera vez, tanto Julian como Dick y como Carbón sintieron como se les caía el mundo encima en un sólo instante, cómo el cielo se abría ante ellos y cómo sus corazones se sobrecogían, presos de la mirada de aquella diosa... En resumen, se enamoraron de ella al instante y al mismo tiempo.
 Un amor tierno y extremdamente poderoso, como el de juglares quizá...un poderoso hechizo de la mismísima diosa...


 Beatrice corría por las calles de Wimming cuando, por casualidas, se topó con Jo, que iba a comprar.
-Oye, ¡tenga cuidado...! Un momento...-la gitanilla aguzó la vista, y por poco se cae.
-¡Be..beatrice!
-¡eh! ¿Cómo sabes quién soy?
-Mi madre me habló de tí, ¿Sabes? Era...
 Pero antes de que lograse acabar la frase ya se habia desaparecido.




 Ewso fue lo que los unió, ironías del destino, aún sin saberlo.
 Pero también lo que los perdió


 Jo se asustó, dejó caer la bolsa de la compra y corrió a su casa para hacer una llamada urgente.


  Aún sin saberlo siquiera. Un vínculo secretísimo se estableció entre ellos, sin saber que los tres amaban a la misma chica de forma tan dolorosamente desesperada.
 Pero esta no es una simple historia de amorque quede bien claro.
 No es una de esas historias escabrosas, ni ninguno de esos típicos romances legendarios.
 Y ni mucho menos uno normal...






 Estaban todo esperando en el gran comedor a que saliesen los nombres del cáliz. La copa escupe el primer nombre:


                           Lance Cussler


 La gente se levantó y aplaudió calurosamente a Lance, con alegría.
 Luego salió el segundo nombre.


                Charles Sallin


 Se voliveron a repetir los calurosos aplausos. Y en cuantoCharles cerró la puerta sacó el cáliz el nombre de la campeona de Beauxbatons:
  Beatrice Wasenbell
 Fueron los aplausos más calurosos. Y hubo una gran ovación, tal vez, porque era una de las mejores hechiceras del mundo.


 El oráculo se vuelve a desvanecery aparece Beatrice, enfrente de la mansión, en la que nació y murió con tan sólo 28 años.
 Tras 14 años fuera, la chica se arriesga a destapar el pasado, p más bien el presente, todo lo que ha acontecido durante ese tiempo.
 En fin, abre la puerta y entra.
 Su alma se sobrecoge. Nada ha cambiado, ka misma entrada, la misma ñámpara de araña goratoria, el mismo ambiente secular, exquisitamente mágico, el paraíso de su infancia.
 Hasta que si débil ensueño se desvanece para dar lugar a la decadencia del pasado, las cortinas raídas, las cosas llenas de polvo, todo vacío, casi abandonado.
 Extrañadísma, se adentra y comienza a recorrer la casa palmo a palmo, desde las habitaciones hatsa el jardón de la nada, que está lleno de toda clase de flores luriscitas, de frutas musicales y demás flora.
 Logra llegar a la verdad, consigue unir los hilos y las piezas encajan.
 Finalmente irrumpe en la sala de las 15 musas.
 Andando despacito, muy despacito se acerca al centro de la sala. Cada una de las musas la mira atentamente.




























    Las musas se sonrieron y fueron saliendo una por una de sus retratos.
 Y para su sorpresa, fueron apareciendo más y más mujeres, entre ellas su madre y sus hermanas...y el resto de su familia,  que la vio por primera vez en 14 años...




   -.....bueno y eso es todo....
-¿De veras nada más?-Bellatrix sabía que había más.
-Como sabrá ustes, eso es lo que debe saber.
-Creo que podremos ahorrarle otros detalles sin importancia. No vienen al caso.
-Por una vez, estoy de acuerdo con él.
 Los examinó atentamente...sí, se guardaban bastante detalles eso estaba claro....Se habían guardado para sí otros detalles, se las habían arreglado, por común acuerdo, para contarle sólo lo básico, lo que ellos creían que ella quería saber. Pero esos detalles eran momentos preciosos, lo momentos más hermosos de sus vidas, que aún perduran en el recuerdo y que, desgraciadamente, están bañados por el dolor.
 Dolor que aún les acompañaba.


 Vanessa suspira, pronuncia las palabras másgicas, y vuelve a abrir el oráculo...


  El Torneo era un evento sorprendentemente peligroso, aún siendo para estudiantes. Moría mucha gente cada vez que se hacía, y había suerte cuando no morían los tres campeones.
 Pero Beatrice no tenía miedo.  Sabía muy bien lo que tenía que hacer.
 La primera prueba consistía en encontrar un tesoro en el lago. ¿Qué qué tesoro es? Pues es algo que es la codicia y desgracia de muchos y no es otra cosa que la semilla del oro.
 La semilla del oro es una semillita muy pequeña que si la plantas en el lugar adecuado da un árbol, cuyos frutos son manzanas de oro, o cualquier otra fruta de oro. Cada fruto vale una fortuna. La prueba consistía principalmente en que los campeones tenían que encontrar todas las semillas posibles en una hora. Quién tuviera más ganaba.
 Parece sencillo pero hay que tener cuidadito porque ni mucho menos es tan fácil. Ganabas siempre y cuando superases ciertos obstáculos, toda clase de criaturas marinas y toda clase de peligro. Sobre todo si no te mataban las sirenas.
 El día de la prueba amaneció frío y soleado,  sin una sola nube en el cielo.
  Aquella mañana todo era risas y alegría. La gente se había congregado  en el lago, haciendo apuestas y charlando animadamente.
 Una hora faltaba para la prueba.
 Una muchacha de hufflepuff se sentó a orillas del lago, lejos de los demás. Su pelo naranja bailaba al son del viento. Allí, pensando en una cosa u otra, se fijó en una islita rocosa a lo lejos.  Y allí estaba sentada nad amás y nada menos que la campeona de Beauxbatons, Beatrice, hablando con varias cabezas que emergían del agua.
-¿De veras crees que te vamos a ayudar?
-¿Acaso os lo he pedido?No quise decir eso-Beatrice parecía nerviosa, impaciente.
-¿Entonces que es lo que quisiste decirnos?
-Que tuvieseis cuidado, en no ahogar a nadie, como la última vez.-Beatrice se estremció al recordar el último torneo. Pobre Gabriella.

-Tenemos que hacer lo que sea para que nadie gane. Son órdenes.
-¡Tampoco os han dicho que matéis a nadie!
-¿Acaso piensas que no? Lo que sea.
-Pero mira, no es justo. No lo digo por mí, lo digo por los demás, y sabéis por qué.
 Pero una de las sirenas se echó a reír, para decirle.
-¿Acaso temes que te matemos?
-¡Por supuesto! A mí y a los otros dos.
-¿Acaso no te has preparado para la prueba?
 Beatrice carraspeó.
-Nadie puede prepararse a lo que hacéis vosotras. Nadie.
-¡Vaya, muchas gracias!
-¡No era un halago, mi querida Helene!
-Pues no me das miedo, bonita, y más te vale que hagas bien la prueba. Al menos intenta que no te alcancemos.
-¿Me estas retando?
-Eso es lo que tenemos que hacer, cielo, por si no te habías enterado.
 Bellatrix se levantó, algo enfadada.No tendría que haberlo intentado siquiera, es que no se puede razonar con las sirenas, y menos todavía cuando quien lo intenta es alguien  como ella. O cualquier otra mujer.
-No, no, no fastidies, ya os veré las caras en la prueba. ¡Adiós!
 Pero...
 -Oh, cielo, tú no te vas a ninguna parte.
 -¿Qué, cómo? ¡AAHH!
 No le dio tiempo a gritar ni a decir nada más porque las sirenas le habían cogido por los pies y la habían arrastrado con ellas al agua.El retumbar que produjo tuvo que haberse oído hasta en el rincón más remoto del castillo. O eso le pareció a Rowina, porque al parecer nadie más se enteró.
 La joven se levantó asustada  y corrió dispuesta a informar al primer adulto que se le cruzara por delante.´Pero ya puestos decidió hablar con David, que era su amigo desde hacía ya tiempo.
 Se lo encontró en la otra punta del castillo, mirando al horizonte con expresión soñadora, perdido, sin percatarse de que dentro de una hora tenía una prueba, sin hacer el más mínimo caso del barullo que lo rodeaba.


-¡David, David, David!-le gritó.-¡Responde!-dios, estaba tan distraído.
 Al fin se giró y la miró, curioso.
-¿Que es lo que pasa?
 Rowina se lo contó todo a trancas y barrancas. David la escuchaba sorprendido. ¡Sirenas! No se podía creer que fueran tan malas.
 Entonces se disponía a hacer algo. Justa iba cuando ambos vieron a Beatrice aparecer, apartando a la gente cubierta por su capa de sombras. Pasó por su lado pero, sin dignarse a mirarles siquiera salió corriendo hacia el castillo.
-Voy a seguirla-anunció David por lo bajinis.
 Y  ambos la siguieron.

 Son las 12 de la noche. Beatrice se acerca al lago, sigilosamente.Y discretamente, asegurándose de que nadie la puede ver, se toma una pastilla, y se tira de cabeza al lago.
-¿Qué demonios haces aquí?-pregunta una sirena al verla llegar.
-Ya ves, he vuelto.
-¿Vienes a cachondearte por tu victoria?
-No, ¡no soy mala!
-No tenía ni idea de que fueses una sirena.
-Es que no lo soy.-Beatrice le echó un rápido visazo a su cola. Brillaba como las esmeraldas.
-¡Ostras, Helene!¿Es que no te has fijado? Llevas unos días...
-¿No serás, Beatrice, la sawaf de un grupo de sirenas muggles?
-¿Cómo lo sabes?
-Todas las chicas que vienen aquí lo son, sobre todo las estudiantes...
 Beatrice sonrió divertida y, tras hacer un par de acrobacias acuáticas, salió de la casa de las sirenas.
-¡Eh, espera!
-¿Qué pasa?
-¡No puedes irte ahora?
-Ah, ¡¿por qué no?
-Porque según nuestra ley una sawaf no puede ir sola a ninguna parte de este sitio. Te tiene que acompañar una de nosotras.
 Carajo, se le había olvidado.
-¿Entonces...?
Helene sonrió con maldad.
-Ni lo sueñes, Beatrice.
-Sígueme-dijo, y se dio la vuelta.
 Beatrice lo hizo, la siguió, pero sólo porque no tenía más remedio. Porque ya había caído en la cuenta de que...le habían tendido una trampa.
 Beatrice:¿Pero qué es esto?
Sawanlle:Esto es el atolladero en el que te has metido...
Helene:Has jugado demasiado con nosotras...
Santra: Y ahora lo vas a pagar.
Beatrice: No, ni se os ocurra hacerme esto. No sé de qué me acusáis.
Kathleen: Te crees una heroína.
Beatrice:¿Quién te ha contado eso? Los héroes luchan cada día por hacer un mundo mejor. No los que luchan en esta batalla constante.
Lartemente:En este lugar lleno de incertumbre.
 Hekdarga:  De destinos inciertos
Karlotte: Y de experiencias interesantes...
Sawanlle: De secretos inconfesables...
 Kathleen; De secretas fascinaciones que podemos ver, observar, casi tocar, recordandolo que somos y lo que aspiramos a ser...
Helene: ...o saborear...
 ENseguida supo Beatrice que aquella...conversación se estaba dirigiendo a uina dirección...bastante insospechada.  
  A Beatrice le daba la sensación de que ellas habían visto algo interesante...y no se lo iban a decir por nada del mundo.
 Y menos ahora que la iban a matar.